LIBERACIÓN DE REENES



 Dios no siempre suprime el mal y, del mal, puede sacar un bien. La oración de liberación hay que situarla en el gobierno de Dios con respecto al mal que agobia al hombre. En cada oración del «Padre Nuestro» , el cristiano pide ser librado del mal. Pero la oración de liberación toma otras formas, netamente la oración imperativa como la del exorcismo o una oración de suplicación acompañando a la persona que sufre. Es en función del mal del cual es necesario ser liberados y cooperando con el gobierno de Dios, que discernimos la oración que es necesaria a utilizar.